Bullmastiff

Temible para los intrusos y adorable con la familia, el Bullmastiff tiene mucha fuerza, pero sabe cómo y dónde utilizarla.

Descripción del Bullmastiff

 El aspecto del Bullmastiff no deja lugar a dudas: su tamaño y potencia son en sí mismas razones convincentes para disuadir a cualquiera que intente meterse donde no le llaman. Este coloso no sólo es muy fuerte, sino que sabe mover cada uno de sus poderosos músculos con la máxima agilidad y ligereza.
El Bullmastiff ha heredado de su abuelo Bulldog el ceño fruncido y el hocico achatado y del Mastiff la silueta maciza, aunque resulta bastante más ligero que cualquiera de sus dos antecesores.

Histora del Bullmastiff

En el siglo XIX, los grandes terratenientes ingleses sintieron la necesidad de crear una nueva raza de perro de guardia que aunase la eficacia defensiva del Mastiff con una mayor velocidad y ligereza.
Después de varios intentos de cruces poco satisfactorios con algunos perros tipo dogo, el Bullmastiff fue obtenido a partir de la combinación con el Bulldog.
Esta nueva raza tuvo una amplia aceptación: formó parte de los cuerpos de seguridad ingleses y se le encomendó la delicada tarea de guardar las minas de oro y diamantes en Sudáfrica.

Carácter del Bullmastiff

Este magnífico animal nunca se comportará como un bruto sin cerebro: es inteligente y responsable y sabe controlar hasta dónde llegan sus obligaciones a la hora de mostrarse intimidatorio.
Su capacidad de autocontrol no debe hacernos olvidar que se trata de un perro guardián muy protector que defenderá a muerte a cada uno de los miembros de la familia, incluido el gato si fuese necesario. Esto le hace mostrarse dominante con perros ajenos y bastante arisco con personas desconocidas que no le hayan sido debidamente presentadas.
Su valentía y potencial fiereza sólo le sirven de puertas afuera , ya que siente debilidad por jugar con los niños y sabe que su deber fundamental es la lealtad a su propietario. Tiene predisposición para la obediencia y su educación, firme pero constructiva, debe estar encaminada a reforzar esa tendencia.
Los cachorros deben ser simpáticos sin excesos y mostrarse interesados por las personas aunque siempre guardando una prudente distancia que se puede interpretar como una desconfianza innata: el Bullmastiff primero observa y luego actúa y no es dado a entregar su amistad si no está seguro de que su destinatario la merece.

Cuidados del Bullmastiff

El Bullmastiff puede vivir en un piso y, de hecho, disfruta de la vida hogareña, pero es un perro vigoroso que necesita ejercicio para mantenerse en óptimas condiciones. Su hogar ideal será una vivienda amplia con jardín para moverse a sus anchas tanto dentro como fuera de casa.
Una dieta diseñada a la medida de sus necesidades y buenas dosis de actividad son la mejor prevención ante los problemas de salud más frecuentes en la raza: la torsión de estómago y la displasia de cadera.
También es propenso al cáncer y en ocasiones los cachorros presentan malformaciones congénitas de la columna vertebral que pueden provocar desde cojera hasta parálisis. Estas graves enfermedades pueden ser prevenidas eligiendo un cachorro de Bullmastiff procedente de un criador fiable que facilite al nuevo propietario los certificados oportunos, tanto acerca de la incidencia del cáncer como de la displasia de cadera.
Los cuidados necesarios y buenas dosis de cariño hacen del Bullmastiff un compañero inseparable durante al menos diez largos años.
Es aconsejable proveerle ejercicio físico al aire libre diariamente y dedicarle tiempo y juegos con sus dueños.


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